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El Nombre Sagrado Y La sucesión Teosófica





El nombre Sagrado IOD-HE-VAU-HE

El nombre "iod-hé-vau-hé" está formado por cuatro letras, cada una de ellas significan:

La "iod": El principio activo por excelencia.
El yo = 10.

La "hé"; El principio pasivo por excelencia.
El no yo = 5.

La "vau": El término medio, el corchete que reúne el activo con el pasivo, la relación del Yo con el No Yo = 6.

Estos tres términos expresan la ley ternaria del ABSOLUTO. La "2a hé": La que determina el paso de un mundo a otro, expresa la transición.
Esta segunda "hé" representa al ser total, encerrando en una unidad absoluta los tres términos que lo constituyen: YO-NO YO-RELACIÓN; el paso del noumeno al fenómeno y, recíprocamente, el paso de una gama a otra gama. Es la semilla que contiene en germen al futuro árbol.

Representación del nombre Sagrado

El nombre sagrado y los números

Las serie de los números 1, 2, 3 y 4 representa respectivamente el activo, el pasivo, el neutro y un nuevo activo; por lo tanto corresponde, perfectamente a la serie de letras que conforman el nombre sagrado, el cual puede escribirse así:

iod — hé — vau
2a hé = iod, etc.

Lo cual demuestra analógicamente, que:

1 representa a iod
2        „           hé
3        „           vau
4        „           la 2a hé

Esta correspondencia queda demostrada por la identidad de acción del 4 que vuelve a la unidad (4 = 10 = 1) y de la 2° hé que representa la iod de la serie siguiente.

Pitágoras, iniciado del Egipto en lo referente al misterio del nombre sa­grado "iod-hé-vau-hé", reemplaza a éste con la serie de los cuatro primeros números o "tetractis" en sus enseñanzas esotéricas.
Tal serie de números corresponde, punto por punto, a la serie de letras del nombre sagrado; es decir que 1, 2, 3, 4 equivale en su orden a "iod-hé-vau-hé".

La serie de los números y la de las letras guardará entonces las siguientes correspondencias:

Un término positivo y generador: La "iod" o el 1.
Un término negativo y generan te: La "hé" o el 2.
Un término neutro o generado, resultado de los dos anteriores: La "vau" o el 3.
Un término de transición que se individualiza en la serie si­guiente: La "2a hé" o el 4.

Los antiguos veían en el número la expresión de leyes absolutas.De aquí la veneración por el número 3 y el 4 y  la reducción y la adición teosófica.
Estas operaciones se dicen teosóficas, porque nos introducen en el mundo de las "leyes esenciales" de la naturaleza.
Estas enseñanzas formaban la base de la instrucción secreta y oral que se trasmitía a determinadas personas predispuestas, y se les daba el nombre característico de "Esoterismo".

1° Reducción teosófica

Consiste en reducir a un solo dígito las cifras que entran en la composición de un número dado, ejemplo:

10 = 1 + O = 1
11 = 1 + 1 = 2
12 = 1 + 2 = 3
126 =1+2+6=9
248 =2+4+8=14=1+4=5

Estas operaciones corresponden a lo que llamamos hoy "la prue­ba del nueve".

2° Adición teosófica

Consiste en sumar aritméticamente la se­rie natural de los números, comenzando por la unidad, hasta incluir el número propuesto. Por ejemplo, el número 4 será igual a:

1+2+3+4=10

El número 7 igual a   1+2+3+4+5+6+7= 28   igual  2 + 8 = 10.
El 12 igual a    1+2+3+4+5+6+7+8+9+10+11+12 = 78.

Reducción y adición teosóficas son las dos operaciones que de­ben dominarse para comprender la antigüedad.
Apliquemos estos procedimientos a cualquier número, para des­cubrir la ley que rige su progresión.
La reducción teosófica nos muestra inmediatamente que todos los números se reducen a los nueve primeros dígitos de la serie na­tural.
Mas esta consideración no es todavía suficiente; una observa­ción más atenta nos traerá nuevas luces.

Tenemos que los números 1, 4, 7 y 10 son iguales a 1 puesto que 1=1.
4=1+2+3+4=1
7=1+2+3+4+5+6+7= 28 =2+8= 10 =1
10=1

De manera que el dígito 1 se reproduce después de la serie de cada tres, esto es:
1.      2.     3.                           4.         5.         6.
4  =  10  = 1                            7   =   28   = 10   = 1

Se podría escribir, por lo tanto:
1.         2.         3.
         (1)
4.         5.         6.
         (1) etc.

De la precedente consideración, resulta:

1°, que todos los números reproducen, en su evolución, los cuatro primeros;
29, que el último número de los cuatro considerados, esto es el N9 4, repre­sentará la unidad en una octava diferente.
La serie de los números puede entonces escribirse así:
1.         2.         3.                                13.       14.       15.
4.         5.         6.                                16.       17.       18.      
7.         8.         9.                                19. etc.
10.       11.       12.

Observemos que los números 4, 7, 10, 13, 16, 19, etc., represen­tan diferentes concepciones de la unidad, tal como lo prueba la adición y reducción teosófica de los mismos.

1=1
4=1+2+3+4= 10 =1
7=1+2+3+4+5+6+7=
28=2+8= 10 =1
10 = 1
13 =4=1+2+3+4= 10 =1
16=7=1+2+3+4+5+6+7=28+10=1
19 = 10 = 1 etc., etc.

Se comprueba entonces que después de cada tres cifras la serie vuelve bruscamente a la unidad, mientras que lo hace en forma pro­gresiva entre las dos intermediarias.
Repitamos una vez más que el conocimiento y el estudio de las leyes que rigen las cantidades, en la forma que acabamos de hacerlo, nos da la clave de las ciencias ocultas.
Resumiendo: todas las cantidades pueden ser reducidas a la se­rie de los cuatro primeros dígitos, dispuestos en el orden siguiente:

1.         2.         3.
4.

Valor de los doce primeros números que da la clave de la ci­fra (78) correspondiente a las cartas del Tarot:

1   =  1
2   =  1 + 2 = 3
3   =  1 + 2 + 3 = 6
4   =  1 + 2 + 3 + 4 = 10
5   =  1 + 2 + 3 + 4 + = 15
6   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 = 21
7   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28
8   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 = 36
9   =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 = 45
10 =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 = 55
11 =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 = 66
12 =  1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 + 12 = 78

Como se observa en la sucesión los resultados finales de cada suma no pasa de 12 correspondiente a los 12 signos del zodiaco y la suma total corresponde a las 78 cartas del tarot.


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